La cuarentena es, según indica el Ministerio de Sanidad, la restricción y separación de movimientos impuesta a una persona. Que puede haber estado en contacto con una fuente de infección pero que no presenta síntomas.
El objetivo de esta separación no es otro que conseguir que; En el caso en el que la persona estuviese infectada, no transmita la infección a más personas. Procedimiento con el cual se busca reducir el riesgo de infección, proteger al entorno de la posibilidad de contagio y de evitar la expansión del virus.
Se trata de una medida de prevención que se aplica cuando se habla de enfermedades que pueden transmitirse durante el periodo en el que el paciente no presenta ningún tipo de síntomas de la enfermedad. Como puede ser el caso del COVID-19, también conocido como coronavirus.
¿Cuál es la diferencia entre cuarentena y aislamiento?
La cuarentena es el mecanismo a través del cual se separa y restringe el movimiento de personas. Que, a pesar de no presentar síntomas y de existir la posibilidad de no estar contagiadas. Pueden haber sido expuestas a una enfermedad contagiosa.
Una medida preventiva que tiene una duración de 14 días. Periodo de tiempo en el que los profesionales recomiendan a las personas que se sometan a este procedimiento, que se mantengan lo más activos posible para trabajar las capacidades físicas y así evitar, en la medida de lo posible, las consecuencias de la falta de movimiento.
Asimismo, es aconsejable mantener una buena hidratación. Ajustar la dieta a las condiciones y no permanecer en la cama más tiempo del necesario.
El hecho de que algunas enfermedades puedan transmitirse antes de que presenten síntomas. Es importante seguir este procedimiento para seguir una vigilancia a tiempo y tratar de controlar, en la medida de lo posible, el contagio de la enfermedad.
El aislamiento, por su parte; Es una medida a través de la cual se separa a las personas a las que se les ha diagnosticado una enfermedad contagiosa de las que están saludables. Una decisión que se toma una vez ya se conocen los resultados de las pruebas sanitarias. Que determinen que una persona está infectada.
En fin, son dos mecanismos diferentes con los que se persigue un mismo objetivo. Evitar la propagación y el contagio de enfermedades contagiosas.