Ha conquistado a millones y millones de usuarios de cada parte del globo que no hacen más que seguirla con interés e ironía sobre su canal oficial de Instagram.
Su nombre es Helen Ruth Van Winkle y a la edad de 92 años cumplidos ha logrado dar una lección de juventud y energía contagiosa ¡que la nueva generación de hoy soñaría!
La mujer se llama Helen Rugh Van Winkle, hace poco cumplió 92 años y vive en Waco, en el estado americano de Kentucky y no es la abuelita amorosa que te esperas.
No ama estar en casa como sus coetanas a cuidar de los nietos, poner en orden la casa, trabajar con el tejido.
Helen siempre ha amado ser una mujer contra corriente, agresiva (en el buen sentido), imposible de no notar.
Como ha dicho la anciana más de una vez: «Siempre he sido una rebelde en mi vida, desde cuando he nacido.
¡Les he quitado los hombres desde el 1928!», bromeando sobre el hecho que siempre ha cuidado muchísimo su aspecto.
Y el vestuario que ha decidido ponerse, no solo cuando era solo una jovencita sino también ahora.
¡Que se volvió oficialmente una mujer empedernida de más de noventa años!
Cuando decidió abrir un canal de Instagram, Helen no imaginaba que habría recibido tantos Me Gusta y tantos seguidores en poquísimos días.
¡Ahora es una verdadera y propia influencer con más de 3 millones de seguidores en todo el mundo!
Obviamente es todo mérito de las tomas fotográficas que son publicadas gracias a la ayuda de una de sus bisnietas.
Que maneja el perfil, y todas las relaciones públicas con el exterior: tendrá incluso 92 años.
Pero tiene un ojo por la exhuberancia, la alegría de vivir, por la rebelión contra cada esquema preconcebido de nuestra sociedad y por esto es que no deja de ser admirada y aplaudida.
Incluso simplemente por su coraje y exponerse en las redes sociales con sus extravagantes e irresistibles look!
¡Den una mirada aquí abajo para darse cuenta de quien «estamos hablando», una abuelita bastante anciana y muy en carrera!
La divertida y colorida testimonianza de Helen Ruth Van Winkle nos recuerda todavía una vez más que una chispa de libertad y tanto espíritu de rebelión contra los prejuicios.
Y las ideas preconcebidas que tenemos de la tercera edad son absolutamente esenciales para vivir.
Una vida en nombre de la autenticidad, del estar bien con nosotros mismos, del placer por aquello que somos sin dar algún peso a los rumores y las opiniones de los demás.
¡Viva Helen y su gran coraje, las nuevas generaciones no pueden que tomar ejemplo de tu alma libre y tan transgresiva!